martes, 30 de abril de 2019

Zelan lan egiten du lantalde profesional batek?

Egilea: Dani Pamies de INUSUAL

Estás trabajando en un proyecto con un conjunto de profesionales, con objetivos explícitos, cuantificables, con un calendario y responsabilidades definidas, con entregables asignados a cada profesional, con una pila de tareas de las que haces “pull”, con una planificación dentro de un “sprint”, etc. pero no te sientes dentro de un equipo. ¿Por qué?

Hay ciertos componenetes clave necesarios para poder trabajar en equipo y crecer profesionalmente, pero creo que se den estos componentes no significa que estés trabajando en equipo.
Así pues, conocer los perfiles de tu equipo, saber cómo crece tu equipo, tener confianza entre los profesionales, comunicarse de forma abierta, desarrollar el proyecto en un entorno controlado donde el error tenga cabida , etc. son aspectos imprescindibles, pero que no implican necesariamente trabajo en equipo.

El trabajo en equipo no es únicamente delegar y repartir tareas para que se realicen bajo la responsabilidad de cada profesional. No es un único líder tirando de un grupo. No es tener un experto que pueda solucionar los problemas y que pueda realizar la figura de “bombero” dentro del plan de riesgos. Desde mi perspectiva, hacer un trabajo en equipo no es únicamente realizar una serie de tareas de forma ordenada entre diferentes profesionales para acabar desarrollando un producto.

¿Qué aspectos me hacen pensar que estamos trabajando realmente en equipo?

De forma añadida a las condiciones que deben existir, creo que hay una serie de aspectos que siempre se dan en el trabajo en equipo:
  • En cada entregable hay un poco de todos. En cualquier problema grave que surja, la necesidad de nuevas ideas para el desarrollo, un desajuste de tiempo, etc. pueden participar otros profesionales en beneficio del proyecto. La figura del experto es para temas en concretos pero no para resolver todo el proyecto.
  • Cualquier persona puede recoger el estado de la tarea y continuarla. No hay dependencia exclusiva del conocimiento de un profesional al cien por cien. Con un esfuerzo relativo, el resto de profesionales puede asumir tareas o añadir a otro profesional sin que el proyecto salga perjudicado.
  • No son necesarios los bomberos. Sí, esas personas que apagan todos los fuegos y llegan allí donde no llega el resto. Que finalizan las tareas y se sienten importantes en ese momento, al llegar donde el resto no llega.
  • Se realiza planificación conjunta. Antes de abordar un prototipo o cualquier otra parte funcional de un proyecto, se consensua de forma conjunta alcance, esfuerzos, responsables y periodo de tiempo. La única imposición la marca los objetivos de proyecto. El cómo, se acuerda en base al conocimiento, habilidades y esfuerzos requeridos.
  • Se da y se recibe feedback. De forma planificada, formal e informal, tanto del “qué se hace” como del “cómo se hace”.
  • Trabajan con normas y con indicadores. De tal forma que saben qué deben hacer y son conscientes del porqué lo hacen. Pueden medir el rendimiento y la velocidad, tanto a nivel individual como de equipo.
Así pues, el trabajo en equipo está focalizado en crear valor de forma conjunta. Herramientas como el simplexity thinking, nos pueden ayudar a tener un proceso en el que cada miembro aporta segun su inclinación creativa pero no hay que dejar de lado que el valor final del proyecto lo aporta cada profesional dentro de un equipo, con su mochila de experiencias, conocimiento y habilidades.

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